- Despertar en cada maestra el interés por el desarrollo profesional.
- Fomentar un vínculo permanente de aprendizajes "formales" y "no formales" entre la escuela y la comunidad, para enriquecerse mutuamente con lo que el centro educativo y los miembros de la comunidad puedan aportar, contribuyendo de este modo a la solución de los problemas de ambos.
- Velar por el cumplimiento de los objetivos de cada nivel y modalidad.
- Manejar técnicas y procedimientos de capacitación docente.
- Actualizar conocimientos sobre el proceso del aprendizaje, sus dimensiones y los factores que lo condicionan.
- Fomentar un ambiente de armonía y laboriosidad en la comunidad educativa.
- Evaluar junto con el personal docente el proceso de enseñanza-aprendizaje.
- Fomentar la experimentación pedagógica, creación de tecnología e intercambio de experiencias.
- Tener habilidad para seleccionar y adecuar métodos y medios de enseñanza que faciliten una formación integral del niño.
- Descubrir y estimular las aptitudes de cada miembro de la institución, para saber explotar su iniciativa en favor de la educación.
- Asesorar a las maestras en la elaboración y planificación curricular.
- Ayudar a las maestras a mejorar sus técnicas de enseñanza, asistiéndolas en la solución de los problemas que se les presenten.
De esta manera, la figura de la Directora deja de ser una instancia meramente administrativa, tal como era concebida hace ya varios años, involucrándose de lleno en el proceso pedagógico y metodológico del Jardín de Infancia. Su proximidad a los niños que estudian en él merecerá un mayor empeño y destreza a la hora de resolver los múltiples problemas, propios de la actividad educativa, y al momento de plantear y aplicar reformas que mantengan el Jardín vigente.
Foto: Janer
Falto escribir sobre el respeto hacia las maestras, en algunos lugares, las directoras les gritan
ResponderBorrary en otros lugares es al revés
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