Transporte escolar para jardín de infancia

Llega la época del colegio y vuelven las carreras de siempre: los útiles escolares, elegir el jardín adecuado, calcular costos y posibilidades, etc.


Pero las cosas se complican más cuando no hay cómo llevar a los niños a su centro educativo. Si ya se han revisado todas las posibilidades (no hay auto, ni familiares disponibles, ni vecinos para hacer turnos) surge el servicio de transporte escolar como la mejor solución.

Muchos ciudadanos se valen de esta meritoria actividad para generarse ingresos, ofreciendo sus automóviles para el servicio de movilidad para niños.

El primer obstáculo es la difícil decisión de ceder la responsabilidad del cuidado de nuestros hijos a una persona extraña, no sólo a la familia, sino incluso a la zona en que se reside. Para resolverlo, es necesario solicitar al chofer la documentación que acredite no sólo su capacidad profesional, sino también su idoneidad moral, y que describa sus antecedentes.

Una vez hecho esto, la referencia que puedan dar personas que conozcamos sobre sus servicios será muy necesaria; temas como si lo han visto manejar bien, la manera de relacionarse y hablar con los niños, si los trata con respeto y cariño, si vocifera al manejar, etc. son de vital importancia. Conversemos con ellos previamente, forjemos una relación horizontal de manera que fluya su verdadera personalidad para así tener más elementos de juicio.

Luego está el tema del vehículo. Es de suponer que deberá cumplir con todas las exigencias de tránsito vigentes, contar con certificados de revisión técnica, implementos de seguridad (cinturones, alarmas) y todos sus accesorios funcionando correctamente (luces, frenos, llanta de repuesto). también deberá ser nuevo, cómodo y limpio; que no sea ruidoso, ni queme aceite.

Las camionetas Van son las más utilizadas e ideales para esta labor. Si cuenta con parrilla para las mochilas, verificar que las abrazaderas estén completas y en buenas condiciones.

También es necesario conocer cuál es la ruta que sigue, las zonas que trabaja, cuánto se demoraría en llegar al jardín y a la casa. Se recomienda que sea un transporte que se mueva en zonas pequeñas y cercanas al jardín o al hogar.

Distancias mayores podrían resultar agotadoras para los pequeños, sobretodo a la hora de regresar a casa. Ver que evite zonas muy transitadas o contaminadas en la medida de lo posible, usando calles alternas y sin semáforos, de preferencia.





Si tomamos como modelo una Van, el máximo de pasajeros que debe permitirse es de seis a ocho niños por unidad. No debe llevar niños en el asiento del copiloto y todos deben contar, siendo jardín de infancia, con asientos infantiles para auto adaptados. No debe tener objetos sueltos ni colgantes en el interior, que los niños puedan coger.

Las ventanas deben estar cerradas por seguridad, salvo las delanteras. Si cuenta con sistema de circulación de aire (no el acondicionado) se puede utilizar.

En caso de que la institución educativa cuente con su propia flota de góndolas o unidades de transporte escolar, se deberán observar que cumpla con los mismos requisitos.

Finalmente esta el precio del servicio escolar. Es conveniente entrevistarse con dos o tres opciones. La que satisfaga mejor sus exigencias a un precio razonable debería ser la elegida. Teniendo en cuenta estos puntos y una vez hecha la elección, mantenga el contacto y la supervisión contínua.



Imágenes: Concejo de Bogota, Eitb24, GGC

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