Cómo saber si estoy educando bien a mi hijo

Todos los papás hemos recibido por años una gran cantidad de información acerca de cómo criar o educar a nuestros hijos, qué debemos hacer y qué no para ser buenos padres. Pero una cosa es la teoría y otra muy diferente su aplicación y su sustento con el ejemplo.



Para saber si estamos realizando un rol adecuado, debemos buscar un momento en nuestras vidas y preguntarnos, hacernos un examen de conciencia sobre nuestra función como padres de familia, con tranquilidad, sin angustias ni tensiones. Sólo bastará con analizarnos desarrollando respuestas para 6 preguntas básicas:

¿Estás siendo justa con todos tus hijos?


Si bien es inevitable, no debes manifestar tus preferencias. Es normal sentirlas y no debes creerte una mamá injusta por ello. Pero cuida que esto no defina tu predilección al momento de relacionarte con tus hijos y toma decisiones. Todos ellos deben percibir el mismo trato, cariño y seguridad contigo.

¿Tus hijos demuestran que te tienen confianza?


Sean extrovertidos o tímidos y reservados, todos los niños acuden a sus padres con preguntas y para contarles sus propias experiencias y formas de pensar. Si no sucede esto en casa, la solución es hablarles, preguntarles, interesarse en sus cosas; acércate a su mundo de juegos, amigos, estudios y también de sus ilusiones y fantasías.

¿Te descontrolas con facilidad?


Es humano, pero evitable. Si sientes que no puedes contener algún exceso a la hora de llamarles la atención, es probable que estés aceptando sobre tí una carga de reponsabilidad y ritmo de vida demasiado exigente y difícil.



Es necesario que analices la carga que tienes y verás que tanto influye en el estrés y la angustia que muy probablemente estás experimentando. Las víctimas son los más pequeños, así que bien vale la pena revisarlo. Si tú lo sientes, con mayor razón tus hijos. Si lo percibes, no pierdas tiempo en cambiar esta situación de inmediato.

¿Estás en los extremos entre la exigencia exagerada de objetivos, y el conformiso y la permisividad?


Ni lo uno ni lo otro es recomendable. Debes flexibilizarte en ambos casos hacia un sensato punto medio. De esta manera, tus hijos no se sentirán ni fuertemente presionados, ni tampoco desprovistos de un estímulo o reto prudencial que les impulse a superarse.

¿Tratas a tus hijos de acuerdo con su edad, sexo y grado de madurez?


Es necesario analizar que tanta libertad les das a tus hijos, así como también revisar las maneras en las cuales canalizamos su personalidad y les ayudamos a aceptarse tal como son. Es uno de los puntos en los que hasta los papás mejor intencionados solemos caer en errores involuntarios.

¿Les estás dando a tus hijos la atención que cada uno de ellos requiere?


Si descuidas aspectos importantes de tu vida por una dedicación excesiva a tus hijos, convirtiéndolos en verdaderos tiranos, será tan necesario buscar la moderación como que si -a causa del exceso de trabajo, una vida social demasiado activa, la falta de tiempo y las preocupaciones- te sintieras impedida de demostrarles cariño e interés, tan esenciales para su felicidad.

Foto: Psicología del Desarrollo

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