Qué evalúan las pruebas o tests para recién nacidos

Durante los últimos años el campo de la neonatología ha crecido en importancia y difusión en todo el mundo. Una de las razones es su especialización en los procesos de adaptación, rasgos y síntomas de los bebés con poco tiempo de nacidos, lo cual permite mayor información y antecedentes que sirvan a futuro para explicar y resolver dificultades en su desarrollo.


Mucha de esta información se obtiene a través de exámenes como el Test de Apgar, nombrado así en honor a su creadora la Dra. Virginia Apgar y que se centra en evaluar al bebé en dos momentos -al minuto y a los cinco minutos de nacido- en los siguientes factores: ritmo cardíaco, tono muscular, color de piel, respiración y reflejos. Cada uno se evalúa entre 0 y 2, luego se suman los resultados. En la ficha de nacimiento de tu bebé aparecerá, con algunas variantes, algo como esto: "81 95" o "8/9".


Al minuto se evalúa con lo que nace el niño. Si aquí los resultados totales son de 8 a 10, el bebé esta bien (como en el ejemplo, donde la puntuación total para el primer minuto es de 8). Si obtiene un puntaje total menor, requiere observación y evaluaciones según el resultado.

A los cinco minutos se evalúa la capacidad de adaptación del bebé a su entorno. Se espera que las puntuaciones mejoren con relación a la tomada al minuto, y no debe ser menor de 7 (como en el ejemplo, que es de 9).





La creencia de que el Apgar influye en el coeficiente intelectual que logrará el niño en el futuro está muy extendida, pero según la medicina no existe ninguna relación directa entre ellos.

El Test de Brazelton, propuesto por el Dr. Terry Brazelton, es el que se hace en los niños entre uno y cuatro días de nacidos. Es una evaluación en la que se incluye a los padres para ver la interacción que tiene el recién nacidos con ellos.


En el Test de Brazelton se evalúan múltiples variables, como la respuesta a estímulos sensoriales, irritabilidad y expresividad.

Otro examen que se les suele hacer a los bebés recién nacidos es el Test de Silverman-Andersen. Está enfocado en la capacidad respiratoria del bebé y sirve para detectar cualquier anomalía o Dificultad Respiratoria (DR) en él.


Su escala va del 0 (buena) a 10 (muy grave). Se realiza entre los 10 a 20 primeros minutos de nacido. Según el resultado, se decidirá si el bebé requiere o no de asistencia respiratoria.  La decisión de realizar más de estos tests y con qué frecuencia dependerá también de los primeros resultados.

Si bien están son las más conocidas, existen muchas otras pruebas que se pueden hacer a un recién nacido. Estas son de laboratorio y sólo requieren de una mínima muestra de sangre que usualmente se extrae del talón del bebé. Cuanto más completa sea la evaluación, el diagnóstico descartará más dolencias y servirá para establecer mejores acciones de prevención o tratamiento frente a otras.

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