Cómo y por qué organicé una fiesta infantil en casa

Llegó un día en que la moda de las fiestas infantiles en los locales de comida rápida me agotó. Así que decidí hacer algo nuevo.


Bueno, tan nuevo no fue. Nuestras mamás lo hacían con nosotros hace "pocos" años. La idea era sencilla: llamas a todos tus amigos y parientes para que vayan a la casa a celebrar tu cumpleaños. Así lo hice esta vez, pero con algunas adaptaciones. Para empezar, el cumpleaños fue de mi hija y por decisión de ella todas las invitadas fueron niñas de su colegio, ningún invitado. Y para hacer las invitaciones, usé el correo electrónico.


Fiesta privada para niños


Se permitió el ingreso sólo de niñas. Los papás podían darse una vueltecita por la ciudad, a respirar un poco de aire puro, mientras nosotros nos encargábamos. Nada de estar correteando a los niños por todo el restaurante o hacer cola en el baño, a veces no tan limpio.

Work and Play


En este caso, mi experiencia como maestra de primaria me ayudó a elegir qué actividades podían hacer los pequeños en casa. Pero tampoco es que sea muy complicado. En un dormitorio piezas para armar, como ladrillos y rompecabezas. En otro, mesitas con papeles, cartulinas, colores, témperas y goma (se les pide a las mamás que sus hijos lleven un polo o sudadera vieja). En la sala, un espacio libre para juegos libres o de roles como coreografías y bailes, saltar la liga, muñecas, etc.

Yo lo organizé para que fuera una cosa a la vez, pero también puede ser en simultáneo, siempre y cuando cuentes con alguien más (la madrina, la tía) que te apoye.




Más que rápida, comida "a tiempo"


Comieron lo mismo que hubieran comido en el restaurante, sólo que a domicilio. Se hace el pedido con anticipación y calculando la hora de soplar las velitas. La comida llega a su momento. Yo preferí que mi esposo vaya al local y venga con la comida, coordinando por el teléfono móvil, pero también puedes pedir que te lo envíen a tu domicilio. Los niños comen tranquilos, sin apuros.





Hora loca infantil


Fin de fiesta cantando el cumpleaños, reventando piñata y con muchas serpetinas y globos. No contratamos animadoras; es una de la razones por las que me agotaron las fiestas en los restaurantes. Mucha bulla para mantener atentos a los niños, y poca calidad. En casa, con un CD de la música que les gusta es más que suficiente.

Muchas gracias niños


Finalmente, su obsequio a cada invitado por haber venido y listo. Los papás van llegando a la hora indicada para recoger a sus pequeños y se acabó la fiesta.

Las ventajas son muchas. Por ejemplo, a lo largo del año otros papás copiaron la idea. Así me encontré con la linda sorpresa de poder dejar a los chicos en buenas manos y disfrutar yo también de un tiempo libre.


La imposición del estruendo como sinónimo de diversión es lo común en todas las fiestas. Muchos niños se asustan, lloran o vuelven a casa alterados o nerviosos. Hay que gritar para hablar. La fiesta de mi hija no fue precisamente un velorio, pero a nada se le amplificó su volumen natural.

Menos gente mejor. En los locales de comida rápida la gente entra y sale, sube y baja. En casa no tenemos que esperar que otros grupos terminen su fiesta ni hay grupos esperando después. Así que somos dueños de nuestro tiempo.

La ventaja que te ofrecen los locales de organizártelo todo no es real. Además, el trabajo de hacer sanguchitos, gelatina y otros bocaditos no empaquetados como nos hacía mamá tampoco es necesario, porque pedimos la comida para llevar. Aunque sería mejor si nos diéramos ese trabajito, o le pidiéramos a algún familiar que nos apoye. Muchos lo hacen por propia iniciativa.

El costo es mucho menor que alquilar un local. También se evita la angustia de encontrar a tiempo uno libre, en fecha y horario adecuados. Tu casa siempre está disponible.

El transporte también es importante. Ya no tienes que llevar la caja repleta de regalos desde el local hasta tu casa. Tampoco a tu hija, que se quedó dormida en la silla con su corona de papel. Ni lo que quedó de torta, que terminas llevando en una caja, en una bolsa... o a la basura!


Otro punto a favor es que los papás te estarán eternamente agradecidos por ahorrarles angustias y permitirles un momento para salir y conversar o hacer algo distinto. No pasará mucho para que te ofrezcan la misma oportunidad.

Por eso, no importa si viven lejos. Esto podrá ser una excusa para no ir a un local donde tendrán que quedarse a cuidar a sus hijos. Pero la idea de contar con un par de horas libres es muy tentadora.

Recuerdo que aquel día las amiguitas de mi hija se divirtieron muchísimo. Hicieron lo que eligieron hacer, sin que nadie se los imponga con un micrófono. Y lo más importante: se sintieron acogidas, no en un local cualquiera, sino en casa; una sensación muy distinta.

Quise compartir esta experiencia porque a mi me salió muy bien y creo que puede ser una buena alternativa; ojalá que te sirva.

Y si te animas, ¡pues cuéntanos cómo te fue!


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