Hiperactividad como síntoma de problemas auditivos en los niños

Hace poco se supo de la posible relación entre los transtornos en el oído interno y la hiperactividad. El estudio, realizado por la Universidad de Yeshiva en Nueva York, brinda nuevas claves sobre una probable cura para la hiperactividad en los niños.



Los problemas auditivos como causa

En este estudio se utilizó ratones con sordera profunda y que mostraban patrones de movimiento frenético. Los científicos querían comprobar que los desórdenes auditivos también influían en las funciones cerebrales que controlan la actividad psicomotora.

Descubrieron que al administrarles sustancias inhibidoras del pERK, un neurotransmisor que participa en el envío de los impulsos nerviosos y cuyos niveles eran muy altos en estos ratones, se lograba estabilizar la actividad psicomotora.

Se abre así una ventana para clasificar a los problemas auditivos como una de las causas de la hiperactividad en los niños y para la creación de un medicamento que la controle.


La hiperactividad como síntoma

Pero un beneficio adicional de este descubrimiento es que un comportamiento hiperactivo en nuestros hijos podría llevarnos a sospechar a su vez de algún problema auditivo que hasta entonces no conocíamos en ellos. Ahora que parece haberse establecido una relación entre hiperactividad y problemas auditivos podrán desarrollarse terapias que resuelvan ambos problemas.





¿Y qué otros síntomas de problemas auditivos existen? Estos son algunos de los más comunes:
  • Vértigo.
  • Pérdida del equilibrio.
  • Pitidos.
  • Llorar más de lo normal en bebés.
  • El niño se jala los oídos con frecuencia.
  • Insomnio.
  • Problemas en la visión como objetos que brincan, luz que se hace intensa.
  • Torpeza; se caen las cosas de sus manos, problemas para caminar derecho.
  • Sensación de hinchazón en los oídos.
  • Náuseas.
  • Intolerancia al ruido.
  • Secreción de pus en el oído.
  • Dificultades al hablar.

A todos estos síntomas se les podría estar sumando la hiperactividad como señal de que, además de buscar una solución a su conducta, también sería necesario llevar a tu hijo a una consulta con el otorrinolaringólogo. A lo mejor estarías resolviendo dos problemas al mismo tiempo.



Imagen: Don LaVange en Flickr.


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