Cachetes: una hámster que es la alegría de mis hijos

Hacía mucho tiempo que Naty y Ale querían una mascota. Cuando conversamos sobre el tema, quedamos que cuando Naty cumpliera diez años buscaríamos una. ¿Pero cuál? Nosotros vivimos en un edificio y eso de tener mascotas en casa siempre nos pareció complicado.


Pero el nuevo miembro de la familia parecía estar más apurado que nosotros. Un buen día, Naty llegó a casa con una noticia espectacular: su amigo Joaquín criaba hámsteres y le había ofrecido uno de obsequio.

Ella lo tenía todo planeado:

- Le compraremos una jaula grande, mamá; con dos pisos para que no se aburra. Hay que buscarle comida especial y la viruta para que este calentito, y también....

¿Un hámster en casa? Confieso que me gustó la idea. No hay que sacarlos a pasear ni estar evitando que se peleen en la calle o que le revienten la pelota a un niño. Además, mi esposo había tenido uno de pequeño. Se llamaba Tatín y había sido su adoración de la infancia.

Adoptando un hamster

Estábamos de acuerdo: tendríamos al hámster. Un buen día, llegamos de visita a la casa de Joaquín. Ahí vimos que tenia como cuarenta en su azotea. ¡Qué barbaridad, qué manera de reproducirse!. Esa fue otra decisión que se tomo ahí mismo: uno solo, o sola; dos, de ninguna manera.

Pero antes de ir a elegirlo ya habíamos comprado la jaula (sí,de dos pisos), la viruta y la comida. Le habíamos hecho una casita de cartón y colocado algunas maderitas para que muerda. Con todo listo, partimos a la casa de los hámsteres, donde Naty eligió uno blanquito con manchas marrones y grises.

Joaquín lo metió en una cajita de zapatos con abundante viruta y comida, y nos entregó.

-Cuidenlo mucho, por favor - nos dijo con dulzura.
-No te preocupes - le contestó Naty - mis papás son muy buenos.

Mascota renombrada

Ya en casa y luego de hacer una inspección general, el pequeño animalito se acurrucó en lo más profundo de su casita de cartón. Era de día, así que le tocaba dormir. Lo dejamos traquilo y enfrentamos la siguiente decisión:

- ¿Y como se va a llamar, Naty?

Han pasado solo dos meses y nuestro hámster (nuestra, para ser precisos) ha tenido más de cuatro nombres. Empezó siendo Squeek, pero por recomendación de una amiguita del colegio se le cambió a Squeeky. A los pocos días, parece que Naty y Ale se cansaron del nombrecito y decidieron que Bodoque estaba más de acuerdo a la velocidad con que crecía. Hasta que su orgullosa dueña se enteró por internet que podían cargar hasta la mitad de su peso en las mejillas. Entonces la llamó Cachetes.





Compañero silencioso

A medida que pasaban los días, nos dimos cuenta de que tener un hámster tenía grandes ventajas:
  • No ladra. El ruido más fuerte que hace es cuando corre en su ruedita.
  • No llena los sillones de pelos ni pulgas.
  • No se les vacuna.
  • Los familiares con fobia hacia los animales pueden visitarnos.
  • Son mucho más económicos.
Pero la más importante es que no es necesario sacarlo a pasear a la calle, con todas las complicaciones que es traería como evitar que se pelee, que se aparee, que le salte a alguien encima de pura alegría, que se escape, se pierda o lo atropellen.

Cuidados y otras recomendaciones

Entre las muchas sugerencias que encontramos sobre los cuidados que se debe tener con los hámsteres, algunas de las más importantes resultaron ser la siguientes:

Higiene
  • No se les baña. Se limpian solos y es una delicia verlos cuando lo hacen.
  • Cambia la viruta cada semana. Recomendamos colocar bajo ella papel absorbente blanco. El periódico es más económico pero su tinta puede hacerle daño al hamster, que suele masticarlo para fabricar su colchón en su casa.
  • Lava la jaula y la base con abundante agua y frota con una esponja lavavajilla dura. No uses detergentes.
  • Los hámsteres aprender a hacer sus necesidades en el mismo lugar. Cuando esto suceda, refuerza esos sitios con un poco más de papel.
  • Es preferible que uses alguna caja de cartón pequeña para que sea su casita. Quítale el fondo, porque igual lo destruirá. Si compras una de plástico, asegúrate que pueda desprenderse su piso, ya que podría ser difícil de limpiar después.
Alimentación
  • Comen frutas como manzana, pera (en poca frecuencia y cantidad). Secas como las avellanas o nueces. Prefieren comer cosas duras como semillas de girasol, por ejemplo.
  • En las veterinarias se combina estas comidas con comida de ave y de perro en menor cantidad. De nuestra experiencia, no les gusta mucho el maíz ni esos trocitos que huelen a harina de pescado.
  • Revisa la comida que te entregan en bolsitas, pues podría tener gorgojos. Compra en veterinarias de confianza.
  • No se les debe dar fruta cítricas, pues inflaman su estómago.
  • También comen lechuga.
  • Cambia su agua cada día y llena su cubito de comida dos veces al día. Si le das más, se abarrotará de víveres en algún rincón pues son animalitos recolectores, la comida podría estropearse o desperdiciarse.
Entretenimiento
  • Hay variedad de juguetes en venta para los hamsters. Pero además de no ser imprescindibles, puedes terminar dejándolo sin espacio para moverse con libertad en su jaula.
  • El rollo de cartón del papel higiénico, un pedazo de madera sólida y su ruedita incorporada a la jaula son más que suficiente para ellos.
  • El resto de entretenimiento se lo puedes obsequiar creándole otro ambiente con paredes de cartón, o cerrando con tablones de madera el pasadizo de la casa. Sin embargo, ambas cosas deben ser cuidadosamente planificadas para que el hámster no se escape o haga daño.
Otros cuidados
  • El hámster es un animal muy sensible. Si en tu casa organizas fiestas con frecuencia o vives en lugares ruidosos, piénsalo dos veces antes de tener uno, pues sufrirá mucho.
  • Esa misma sensibilidad hace que prefiera los lugares sin mucha luz ni corrientes de aire. Busca el lugar más apropiado en casa, pero no lo coloques en la habitación de los chicos.
  • Los hámsteres duermen de día y están activos de noche. Organiza la rutina diaria de manera que los niños estén libres para verlo a partir de las seis de la tarde.
  • Habla con tus hijos para que entiendan que no deben manipularlo, gritarle o golpear su jaula.
  • Para que se acostumbre a las personas, una idea que resulta es darle de comer con la mano. Pero no la cojas con la punta de los dedos, pues te la puede morder pensando que es su alimento. Es mejor si introduces tu mano en la jaula y pones la comida en la palma de la mano. Paciencia, en una de esas, la cogerá.
  • Los hámsteres viven poco. En cautiverio suelen durar de dos a tres años, así que es mejor preparar a los niños para que se hagan a la idea de que su pequeño amigo se irá pronto, y que sirva de razón para quererlos y cuidarlos mucho más.
  • Asegúrate de adquirirlos pequeños, de menos de cinco meses si es posible y no olvides preguntar si es macho o hembra. Si es una chica ya podría estar embarazada. 
  • Lo más importante: si quieres evitar complicaciones, ten solo uno a la vez. Si son dos machos, se pelearán y si son pareja se reproducirán sin descanso.
Existe una gran oferta de accesorios en el mercado, pero para ser feliz al hámster le bastará con que lo dejen tranquilo con su madera, su cartón, su ruedita y una salida de vez en cuando al pasadizo. Y lo más importante, con mucho cuidado y cariño.

En cuanto a Cachetes, la está pasando muy bien. Y nuestros hijos están rendidos a sus patas, viendo que esté abrigadita, que no le caiga mucha luz, que no le falte comida. Nada más mírenla, ¿no es una belleza?





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