Disfraces hechos por los niños desarrollan sus talentos

Cuando llegan las fiestas de Halloween lo primero que pensamos es en encontrar una tienda de disfraces para alquilar o comprar un disfraz.




Lo mismo pasa cuando en el jardín de infancia nos piden un difraz para que nuestro hijo represente un personaje por el Día de la Madre, Carnaval, Día de la Independencia, o en cualquier otro evento del año.


Pero así como en el caso de los disfraces caseros, si los disfraces son hechos por los propios niños podemos aprovechar una gran oportunidad de utilizar su magia en beneficio de la creatividad, el desarrollo de valores y el autoconocimiento en nuestros pequeños.


La imaginación de los niños la vemos a diario en sus juegos, representando roles inventados en el momento y que cobran vida de acuerdo a la personalidad de cada uno. Sirven para saber cuáles son sus gustos, anhelos y preocupaciones; conocer más acerca de sus temores, sus errores y aquello que debemos promover o encausar como padres de familia o maestras.


Darle al niño la posibilidad de crear su propio disfraz de superhéroe, o de lo que el prefiera con los materiales que haya a la mano nos permitirá por ejemplo, dirigir la energía de los más movidos a apoyar a sus amiguitos "en peligro", mientras que a los que se muestran tímidos alentarlos a expresarse mediante superpoderes espectaculares y descubrir así su verdadero potencial comunicativo y lo valiosos que pueden ser para los demás. Con los personajes inventados se podrán hacer historias y representaciones que los hagan interactuar.






Esta actividad debe realizarse con niños a partir de los 4 años de edad, en que se tiene la seguridad de que pueden diferenciar completamente la realidad de la ficción en sus juegos.

Imágenes: Pinoditart, TheCrafeteria, GeekDad, StileHive, AudsAndEnds.

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