La lonchera escolar semanal también varía según la edad

Los nutricionistas siempre están proponiendo diferentes combinaciones ideales para que tu hijo lleve en su lonchera escolar, a cual más atractiva, económica y sabrosa.


Pero además de buscar que tu hijo disfrute de una merienda surtida a media mañana en el cole, también debes tener en cuenta su edad para organizar su menú semanal.

Y es que los nutrientes y vitaminas que tu hijo necesita irán variando conforme vaya creciendo. Eso lo puedes percibir cuando el pediatra va cambiando el peso de los alimentos en la dieta de tu bebé o cuando te sugiere introducir nuevos alimentos conforme se va desarrollando en habilidades, peso y talla.

Comparando dos propuestas nutricionales, para rangos de edades distintos, pudimos descubrir algunas cosas interesantes que te pueden servir de guía.


En el caso de la primera propuesta para niños entre 4 y 9 años, los sandwichs o emparedados se hacen con queso edam, jamón de pavo o pollo a la plancha. Las frutas más recomendadas son la mandarina, manzana, fresa, mango o plátano, solas o con deliciosos acompañamientos. Además de los quesos, los lácteos también vienen representados por un buen yogurt frutado. Para hidratarse, el agua se intercala a lo largo de la semana con jugos de naranja o de piña. La dosis de fibra viene empaquetada en una barra de cereal, galletas o panes integrales y la carga de proteínas la dan los huevos de gallina o de codorniz.






En el caso de los mayorcitos, entre los 10 y 12 años, los gustos van cambiando y el rechazo a probar los nutrientes en sus nuevas presentaciones disminuye. Es así como un buen pastel de espinaca puede hacerles relamerse en el patio de la escuela igual que otro de espárragos, sustituyendo a los sandwichs. Los refrescos de membrillo, manzana, cebada y maracuyá hacen su aparición sumando una carga cítrica mayor a la semana, de lo cual se cuida el primer menú por el riesgo de alergias. Un contundente triple integral se intercala durante la semana al lado de un buen queque, sin descuidar las frutas o una buena porción de pecanas.

Al comparar estas dos propuestas también notarás cómo los lácteos son más importantes en los menores, al mismo tiempo que los cítricos aumentan en variedad entre los mayores. También se aprecia que el menú para los niños entre 10 y 12 años puede incluir más vegetales, mientras que en los menores la preocupación está en asegurarse que coman todo, por lo que se va a lo seguro.


Una buena idea sería empezar con estos menúes semanales y rotar los días o los ingredientes cada mes; incluso podrías incluir otros de emparedados o fuentes de fibra y energía, a fin de que tu hijo no perciba que está comiendo básicamente lo mismo.

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