Cómo criarlos para que sean sociables: amigos y familia

Cada vez es más importante la capacidad para comunicarse y establecer vínculos entre las personas en la vida moderna. Si los niños no reciben los estímulos necesarios para desarrollar su sociabilidad pueden sufrir con el tiempo. Y los responsables de darle esa oportunidad somos sus padres.


Los niños tienden a pensar que el mundo gira alrededor suyo, que sus padres, maestra, amigos y familiares están ahí para atenderlos y resolverlo todo. Al aceptar esta situación más de lo debido podemos estarles generando un grave problema de sociabilidad.

¿Qué hacer entonces? ¿Y cómo sabe qué lo que estamos haciendo va en el camino correcto?


Preguntémonos como padres

Lo primero que debemos distinguir es que una persona no es sociable por tener buenos modales, o por tener gente influyente a su alrededor. Una persona mayor es sociable cuando es capaz de desenvolverse con naturalidad, sin egoísmos ni prejuicios, en cualquier ambiente, generar relaciones estables y duraderas, practicar el respeto y la la solidaridad, y contagiar alegría y confianza.

Son cuatro las preguntas que nos debemos hacer para saber si estamos criando a nuestro hijo como un niño sociable.

1. ¿Le brindamos un ambiente familiar estable?

Analizamos si existe orden en el hogar, si nuestra relación como pareja frente a nuestros hijos es buena (incluso a pesar de estar alejados), hay horarios, dedicamos tiempo a ver por ellos, interesarnos por sus progresos, tareas escolares, necesidades y dudas.

2. Como mamá: ¿le he dado opción de desenvolverse y experimentar por si solo a partir del primer año de edad?

La presencia materna durante el primer año de vida debe ser fuerte y exclusiva. Luego es conveniente ir dejando que nuestro hijo descubra por sí solo sus capacidades. Ese cariño pleno recibido durante esos doce meses le dará una base sólida para emprender el autoconocimiento, ganar seguridad y recibir con naturalidad al mundo exterior.





3. ¿Promuevo o alejo a mis hijos de reuniones familiares y amistades?

La dedicación que exige un niño puede hacernos perder de vista a las personas que nos quieren y que se interesan por nosotros y nuestros hijos. No se trata de que el niño vaya saltando de reunión en reunión, pero si es recomendable que asista a algunas para familiarizarse con todas estas personas, entender que no es el único en el mundo de papá y mamá y lo fascinante que puede ser conocer a otras personas.

4. ¿Lo protejo o lo sobreprotejo?

Tiene mucho que ver con la segunda pregunta pero también con hasta qué punto evitamos que haga algo por si solo, temiendo que se haga daño. Muchas veces creemos demostrarle así nuestro cariño, pero si entendemos que al solucionarle todos los problemas y garantizarle el máximo confort estamos vulnerando su autoestima, confianza y seguridad, sabremos que eso no es cariño; es un grave error.


La fuerza de la amistad

Es el grupo social más importante para los niños, pues aporta en el desarrollo de las destrezas sociales y autoestima. La amistad ofrece a nuestro hijo el sentimiento de pertenencia cultural, de ser parte de una comunidad.

Cuando se trata de los amigos, los papás muchas veces buscamos proteger a nuestros hijos de la manera equivocada, diciéndoles que no le den importancia a lo que digan, que no les haga caso o que aquél no es un buen amigo por haberle dicho tal o cual cosa.

No debemos fomentar en nuestros hijos el alejamiento de lo que no se entiende, sino al contrario: la solución de los problemas que se puedan generar con sus amigos, conversando con ellos sobre lo que sucedió y recomendándoles actitudes constructivas y positivas; que reconozca si se equivocó y que también sepa cómo defender sus ideas, sin llegar a las manos, cuando el error venga de sus amigos. Debe aprender a respetar, escuchar, expresarse y disculpar.

Un niño sera más aceptado cuanto más sociable sea. Y eso dependerá de su personalidad pero también de la crianza que le brindemos para desarrollarla. Al ser sociable podrá rechazar involucrarse en actividades negativas y evitará mejor a los grupos violentos.

Sean familiares o amigos, los niños tendrán mejores oportunidades de desarrollarse cuanto más relacionados estén con ellos. Los niños a los que sus padres no den esa oportunidad crecerán recelosos de todo; tal vez hasta rodeados de gente, pero solos.


Imagen: Henry Burrows en Flickr.


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