Los niños glotones y la indigestión en las fiestas: cómo controlarlos

En las fiestas los primero que hacen muchos niños es entrar corriendo a la mesa de golosinas y no se paran hasta que están llenos. Los niños glotones son causa de preocupación para muchos papás, especialmente en cumpleaños, cenas familiares y vacaciones.


Hay muchas causas de la glotonería en los niños. Puede que por su propio metabolismo tenga necesidad de más comida ya que la digieren y asimilan y usa más rápidamente como energía. Pero también hay causas psicológicas como la ansiedad.

Ansiedad

Los niños glotones por ansiedad suelen demorarse muy poco en comer. Se desesperan por desaparecer lo que está en el plato cuanto antes. Esto genera muchos problemas estomacales en ellos, gastritis y por supuesto la obesidad.

En estos casos es necesario regular y supervisar su comida. Que coman frutas entre comidas es una buena manera de calmar su ansiedad. También beber agua los mantiene tranquilos.

Otra opción es reducir las porciones de comida y aumentar su frecuencia durante el día. Al comer tres veces al día puede que quiera llenar los espacios comiendo cualquier cosa en cualquier momento. Si se le da comida más veces pero con raciones menores, obtendrá la sensación de satisfacción a la vez que se ordena su toma de comidas.

Metabolismo

El otro caso es el de la glotonería por ritmo metabólico. Son chicos que comen y comen y a veces nunca engordan, debido a que su cuerpo procesa la energía y nutrientes de la comida mucho más rápido. Estos niños suelen estar en constante movimiento y son muy activos.

Si el cuerpo se lo pide, hay que dárselo. Lo único que hay que vigilar es que no reemplace los alimentos por dulces y harinas; son más accesibles pero de un valor nutritivo mínimo. Al no tener suficiente buscarán comer más y así podrían fácilmente llegar a la obesidad, por más activos que sean.

Las fiestas

Pero los momentos en que ambos casos son más difíciles de controlar son las fiestas. Ya sean cumpleaños, cena navideña o reuniones familiares siempre hay tentaciones sobre la mesa. ¿Cómo evitar que se excedan?





Una alternativa es que coman antes de la fiesta. Una merienda ligera sería suficiente para calmar el hambre. Ta vez coman igual, pero su ansiedad no será la misma y podrán disfrutar de la fiesta completa y no solo de la mesa de comidas.

Otra opción es la de servir la mesa en un momento de la fiesta y no desde el inicio. Esto es algo que sólo puedes controlar en las fiestas que tú organices, pero también podrías comentarlo con amistades y familiares para que ellos también lo apliquen.

Se podría recibir a los niños con una actuación o número infantil, magos, etc. desde el inicio. De esta manera las golosinas no estarán expuestas a la voracidad de los pequeños todo el tiempo y dejarán de ser una distracción.

Otra manera de regular el consumo de golosinas en las fiestas es instalando máquinas expendedoras. Esto distribuirá mejor las golosinas por turnos e impedirá que las cojan por montones, como muchas veces sucede.

En el caso de los almuerzos o cenas familiares, los niños glotones están más pendientes de los piqueos o snacks previos a la comida. Aquí también se puede usar la merienda antes de salir de casa.

Evitando la indigestión

Esto le puede suceder a cualquier niño, sea o no glotón, cuando se les ofrece comidas muy pesadas o en horas avanzadas de la noche. La comida necesita un tiempo para ser digerida y el cuerpo pide menores cantidades de comida por las noches. Si se le da en demasía, puede ocasionar trastornos digestivos, espasmos estomacales, vómitos, diarreas, etc.

En algunas regiones, las cenas familiares son grandes banquetes con mesas llenas de comida salada y dulce de diferentes tipos. Sin la supervisión necesaria, los niños pueden sufrir malestar y de paso convertir la fiesta en un momento desagradable. Para eso es necesario tener algunas consideraciones con la comida.

Averigua qué se servirá en la reunión. Si es familiar, no tendrás problema en averiguarlo. Selecciona qué comida le servirás a tu hijo y de cuál debes alejarlo. Recuerda que prohibir solo hace la tentación más grande, así que matiza los alimentos con algún dulce, el más ligero de todos. Sírvele en porciones pequeñas.

Observa y degusta la sazón, la acidez o la pesadez de los platos en la mesa. Los cruces de sabores y densidades pueden hacer estragos en tu hijo. Revisa que la comida que le sirvas no sea pesada de digerir.

Si tu hijo es pequeño, es preferible que no participe de una cena, puede que pase una mala noche. Llévale aparte su comida lista para calentar y servir. Evita que coma muy tarde y pide una habitación para que descanse cuando tenga sueño.

Imagen: Stuart Richards en Flickr.


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