Duchas para niños: el paso de la bañera a la regadera

Bañarlos en tina es una de las experiencias más hermosas que existen. De hecho, es uno de los recuerdos más tiernos que atesoramos las madres. Pero nuestros hijos van creciendo y cada vez se hace más difícil y agotador hacerlo en la bañera.


Además, el baño en bañera deja de ser igual de efectivo cuando nuestros hijos crecen. Su transpiración se incrementa, así como su exposición a la suciedad. Bañarlos en agua empozada resulta hasta antihigiénico en estos casos.


Diversión a chorros

Es tiempo de cambiar la tina por la ducha. Es posible hacerlo de forma gradual hasta que ellos solitos nos pidan que guardemos la bañera en el desván. Pero también existen en las tiendas de accesorios infantiles algunas ayudas para las mamás más engreidoras.

En todo cambio de rutina de los niños, la diversión es la clave. Pensando así es que podemos descubrir las duchas más imaginativas. Algunas son fáciles de adaptar al baño, otras son asombrosas y hasta excéntricas. Hay duchas tipo teléfono, con manguera, de mano, personales, de juguete, etc.


De la bañera a la ducha: gota a gota

Pasar de la tina a la ducha es una de las señales de que tu hijo está creciendo. Al crecer, necesita más espacio no solo para jugar y correr, sino también en su habitación, en el colegio y en el baño. Acompañarlo en la obtención de  nuevos espacios propios se hace necesario para promover su madurez y su independencia y uno de estos espacios es la ducha.





Podemos establecer algunas sugerencias para la adaptación natural de tu hijo a la ducha:

  • Elije las temporada cálidas para hacer el cambio.
  • Introduce el uso de la ducha de manera interdiaria.
  • Si la ducha esta al nivel de la tina o bañera, mantén un poco de agua en ella y ve reduciéndola poco a poco, día tras día.
  • Incluye al chorro de agua en los juegos de baño de tu hijo. ¡Aunque lo más probable es que él lo haga solito!
  • Anímalo paso a paso a que se familiarice con la ducha, empezando por la espalda, brazos y pecho.
  • Deja que se jabone. Será más fácil si le compras su esponja personal pues así podrá hacer espuma fácilmente y evitarás que el jabón se le escurra de las manos.
  • El enjuague de la cabeza viene al final. Cuida que use shampoo para niños que no le irrite sus ojos. Enjuágale el cabello con tu hijo de espaldas a la ducha y mirando al techo.
  • A la hora de salir de la ducha, cúbrelo de inmediato con la toalla para que no sienta la diferencia de temperatura.
  • Celébralo, felicítalo y aliéntalo siempre.

Seguridad en la ducha

También debes tener en cuenta algunas medidas de seguridad:
  • Coloca pisos antideslizantes para ducha. De preferencia los más grandes que encuentres.
  • A veces basta con los apoyos que tienen las jaboneras empotradas en la pared. Pero si gustas, puedes colocar barras de apoyo para mayor seguridad.
  • Revisa que no haya filos expuestos en las paredes de la ducha.
  • Explícale a tu hijo cuál es el agua fría y cuál es la caliente. Al principio, deja que tu hijo entre a la ducha luego de que la hayas graduado a la temperatura ideal. Enséñale poco a poco como hacerlo.
  • Es mejor que los primeros días ingreses con él a la ducha. Pero también es importante que lo dejes solo de a pocos para ayudarlo desde afuera.

Ten en cuenta que la transición dependerá de cada niño. Algunos se adaptarán rápidamente e incluso se saltarán varios pasos. Otros necesitarán más tiempo y paciencia. Así que ¡al agua, pato!


Imagen: Followpics.


Comentarios

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  1. Anónimo6:54 p.m.

    Hola quisiera saber si se pueden comprar varios y el precio que valdrían

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  2. Un artículo muy interesante, puesto que las duchas ayudan a gestionar mejor el gasto de agua, además de aportarles más autonomía a los más pequeños, por lo que es importante irles introduciendo poco a poco en su uso.

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