Nunca le digas "No" sin un "Por qué"

Quienes vivimos a diario el reto de ser madre o padre, sabemos lo complejo que puede resultar asumir estas responsabilidades y lo difícil que es hacerlo bien. Uno de los momentos en que mejor se refleja esto es cuando intentamos detener a nuestro hijo con un No, sin saber el daño que les podríamos estar causando.


¿La autoridad se exige o se merece?


Hace algunos años era mucho más común la idea de la autoridad paterna, personificada principalmente en el padre. A él se le debía obediencia absoluta, sin importar que estuvieras a favor o en contra. La autoridad del padre era inapelable.

Lamentablemente, no todos los padres hacían buen uso de esa autoridad. Se cometían entonces muchos abusos, reprimiéndose la potencialidad de los niños y frustrando su desarrollo pleno.

Poco a poco, estos conceptos han cambiado y ahora la autoridad es entendida cada vez más como aquella influencia que ejerce quien logra transmitir sus ideas, comunicarlas y escuchar las de su hijo.

"¡Cuando digo que no, es No!"


Por más que estemos convencidos de estar en lo correcto, decirle No a un niño, sin que este sepa la razón, no hará sino empeorar las cosas. Más aun, cuando este le es dado alzando la voz y repitiéndolo dos o tres veces, como para dejarle en claro la autoridad y callarlo.

Lo que el niño aprenderá entonces no será a evitar una conducta determinada para no ganarse otro grito, sino a imponerse por la fuerza en los diferentes grupos humanos con los que interactúe, conforme vaya creciendo. le costará trabajar en equipo, hallar soluciones concertadas, reconocer  los aportes de otros.

Cosechando intolerancia


El criar a un niño con la negación como única directiva, lo hará una persona intolerante, impaciente ante aquellos que intentan explicarle su posición o su punto de vista. Si no estás con él, estarás en su contra. El resultado será un proceso de socialización deficiente.

Incluso es muy probable que esa misma intolerancia que sembraste en tu hijo te la devuelva al crecer. Será poco permeable a recibir consejos y a oír explicaciones, pero también a darlas.

Tan simple como sumarle un "Por qué"


A veces las preocupaciones y las urgencias evitan que nos percatemos de lo mucho que afecta a nuestros hijos cada una de nuestras actitudes hacia él. Por más superficiales o ligeras que nos parezcan, pueden marcarlo de por vida.





De ahí la necesidad de hacer una pausa y respirar antes de lanzarle un No. Así seremos capaces de explicarle por qué le decimos que no haga o diga algo.

¿Por qué le quiero decir que No?


Es muy importante que tomes consciencia de esto, antes de regalarle una negativa a tu hijo. Lo normal es que lo pensemos después, cuando ya hizo efecto en su dignidad. Piensa en cuál es la razón para sentir que aquello no es lo más conveniente y díselo de la manera más breve y sencilla posible, sin mostrar ansiedad.

Es cierto que así te expones a que él también te dé sus razones para no hacerte caso, pero contra lo que pueda doler, estarás contribuyendo a hacer de tu hijo un ser humano con principios, puntos de vista y criterios que sabrá defender.


Los "Sí, pero" también ayudan


Tienen el mismo efecto que la combinación anterior, pero ayudan a balancear tu relación con tu hijo al tiempo que le permite ver que la vida tiene claros y oscuros por igual.

A medida que tu hijo crezca, verás que en ocasiones sus argumentos serán tanto o mejores que los tuyos, entonces será hora de negociar, encontrar un punto medio.

Algunos ejemplos de "No, porque"


Aquí te dejamos algunas frases que usan la estructura no-porque. Notarás que hay incluso las que van más allá, convirtiendo una frase negativa en positiva.
  • Hijo, mejor no lleves tu reloj nuevo a los juegos, se te puede caer cuando corras.
  • Ahora no puedes ver esa película, después no tendrás tiempo para terminar tu tarea.
  • El ruido que haces con la cuchara de la sopa nos incomoda, por favor no lo hagas.
  • Hoy no puedes invitar a tu amigo a casa, recuerda que estas con gripe y lo podrías contagiar.
  • No trates mal a tu hermanito, él te admira y le rompe el corazón que no le hagas caso.
  • No cojas la comida con la mano, mejor usa la cucharita, así.
  • ¿Te sentirías bien si tu amiguita te jalara el pelo a ti?
  • Si aprietas así el lápiz al escribir, se te cansará el brazo.


A veces, por protegerlo o por miedo a que termine fuera de control, sellamos su futuro al llenar su presente de negativismo. Ayúdalo a ver las cosas de manera optimista y su vida estará llena de oportunidades..

Imagen: CircaSassy


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